Reforma al Sistema de Pensiones: No basta con solo ahorrar más
Los sistemas de pensiones son pilares fundamentales de la red de protección social que el Estado les entrega a sus habitantes, ya que no hay grupo etario más vulnerable en Chile que las personas de la tercera edad. La compleja paradoja que se da en los jubilados de tener que incurrir en altos costos de vida por su edad, versus los casi nulos ingresos que generan por ya haber salido del mercado laboral, crean una situación precaria que si o si necesita del rol activo del Estado.
Ante eso en el mundo se han generado dos grandes respuestas sobre cómo abordar desde el Estado las pensiones: el sistema de reparto (insostenible en el tiempo), y la capitalización individual (la opción que se utiliza en nuestro país). Sin embargo ambos han demostrado ser insuficientes para lograr asegurar una buena calidad de vida para las personas de la tercera edad.
Por eso, con la nueva y necesaria reforma a nuestro sistema de pensiones impulsada por el gobierno, la gran pregunta es si este cambio es suficiente para poder de una vez por todo aliviar la compleja situación de las personas en edad de jubilación. Y en ese sentido aun cuando el proyecto busca aumentar el ahorro con un mayor aporte de los empleadores, fortalecer el pilar solidario, e incluso busca ser más competitivos los sistemas de AFP, los resultados de estos cambios parecen estar muy lejos de lo mínimo que se necesita para otorgar una vejez digna. Más que mal hoy la pensión básica solidaria esta 40 mil pesos bajo la línea de la pobreza.
Entonces ¿qué se necesita para poder garantizar un buen pasar a la tercera y la cuarta edad de nuestro país? La respuesta pareciese estar en más acciones de política pública distintas a las pensiones. Darle respuesta a las necesidades de salud, cuidado y vivienda que hoy merman los ya precarios ingresos de los jubilados, focalizar programas de empleo y actividades que los mantengas estimulados y no los alienen de la sociedad, y por sobre todas las cosas fomentar un set de acciones que vayan en derecho beneficio de la mejora de su calidad de vida.
Ante eso tenemos que dejar de pensar en las pensiones como la panacea en la lucha contra la vulnerabilidad de la tercera edad, sino debemos buscar un set de acciones de políticas públicas que hoy ayuden a cumplir al Estado con su rol en mejorar la calidad de vida de nuestros jubilados.
Cientista Político Magister en Política Públicas de Universidad de Chile, Docente Universitario, Director Administración Pública Advance USS.