Litio en Chile: ¿Plan estratégico?
Litio en Chile: ¿Plan estratégico?
Mucho revuelo ha causado estos últimos días el acuerdo entre la Corfo y Soquimich (SQM), en el cual a este último se le concede continuar con la expropiación del litio hasta el año 2030. A esto se la suma la irrupción de empresas privadas y connotadas a nivel internacional como es el caso de Tesla en el mercado electromotriz, que ya han instaurando negociaciones con SQM para adquirir parte de la producción de este preciado recurso. Sin embargo, la pregunta se centra en el rol del Estado bajo todas estas decisiones: ¿es realmente un plan estratégico o estamos desperdiciando la oportunidad de ser potencias mundiales en este ámbito minero?
Chile posee una posición geográfica envidiable si en litio se refiere, ya que se encuentra dentro del denominado “triángulo del litio”, donde Bolivia y Argentina también están presentes. El poseer una reserva de 7.500.000 toneladas (U.S Geological Survey, 2017) fácilmente llama la atención para que empresas privadas, tanto nacionales como internacionales, quieran intervenir en este negocio del denominado “oro blanco”. El punto recae en si efectivamente estamos realizando políticas públicas para sacarle provecho a este mineral.
Si bien existen avances en materia estratégica, donde la realización de las carreras de la Fórmula E logra posicionar a Chile como un país fuerte en el ámbito electromóvil y el fortalecimiento de lazos con China para exportar, además de cobre, el litio (Zaldívar, 2018), logran derivar en planes aparentemente concretos y eficientes. No obstante, hay algunos aspectos que se están dejando pasar.
El miembro del Comité de Minería no metálica de Corfo y ex participante de la Comisión Nacional del Litio en 2015, Gonzalo Gutiérrez, da en el clavo al afirmar que, mediante las últimas decisiones y acuerdos, no se están enfocando en lo que debiese importar: añadir un valor agregado al litio (Gutiérrez, 2018). A la vez, generar concesiones no precisamente significa que ayuda a instaurar una sustentabilidad minera en este aspecto.
Esto nos lleva a la siguiente encrucijada: ¿estatizamos la producción del litio?
Uno de los actores más preponderantes en la lucha de esta idea es el Movimiento el Litio para Chile, donde su coordinador nacional, Miguel Soto, rectifica que el duopolio que actualmente existe en nuestro país entre la empresa privada nacional Soquimich y la empresa estadounidense Albemarle, nos llevarían a una situación donde un oligopolio mundial controlaría las ventas de este producto (Soto, 2018). Así mismo, el rol del Estado y las potenciales ganancias que podríamos recibir se verán disminuidas si no se toman las medidas correspondientes. Además, es necesario recalcar lo mediático que fue el denominado Caso SQM, donde a pesar de realizar un cambio directivo en la empresa, es cuestionable el que sigan ganando las concesiones impuestas por la Corfo.
Estatización del litio
¿Es realmente viable estatizar el litio en nuestro país? Esa es la pregunta crucial. A mí parecer, las opciones que tiene el Estado chileno tampoco son muchas.
Primeramente, no poseemos instituciones, fuera de la Corporación Nacional del Cobre, que tengan un rol administrativo en la minería de nuestro país. Además, si llegamos a considerar el que puedan hacerse cargo de semejante tarea, hay que contemplar que traspasarle la responsabilidad total del proceso de estatización está muy por encima de las capacidades de Codelco.
Esto solo nos deja una opción: el crear una nueva corporación destinada únicamente al litio. El punto es, ¿estamos como país, realmente preparados para esto? A preparados me refiero a la formación técnica y profesional orientada específicamente en el perfeccionamiento y conocimiento pleno de la producción de litio, dado que la gran mayoría de las mallas curriculares de las carreras destinadas al proceso minero como Geología, Ingeniería Civil en Minas e Ingeniería Civil en Metalúrgica, no tienen implementadas materias referentes a este mineral. El enfoque general, obviamente, está puesto mayoritariamente en el cobre. Por lo tanto, la falta de preparación de nuestros propios profesionales en esta área resume la carencia de planteamiento estratégico a largo plazo, ya que no poseemos ni el personal capacitado, ni la visión de valor agregado ni la de lograr una sustentabilidad en el tiempo. Finalmente esto conlleva a la necesidad de crear concesiones donde empresas privadas tienen todas las de ganar, ya que para un real plan estratégico, nos falta mucho.
Estudiante pregrado de Ciencias Políticas y Gestión Pública, Universidad San Sebastián, Concepción.
Presidente Centro de Alumnos 2017-2018. Premiado con Excelencia Académica.