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El segundo tiempo de Boric

La primera vuelta presidencial dejó bastantes conclusiones, y muchas inesperadas. La primera que me atrevo a aventurar es que el viento del 18 de octubre no ha pasado, pero si que se ha hecho una lectura equivocada de él. Que la gente quiere cambios es evidente, las dos campañas que avanzaron a segunda vuelta son la representación de eso (descontando al profesor Artés, por cierto). Por un lado, Gabriel Boric representa un cambio profundo en el modelo y por el otro, Kast representa un cambio en la forma de hacer las cosas.

Aunque se dijo muchas veces que el 80% del apruebo superaba por mucho a la gente de centro e izquierda, se ha actuado como si efectivamente ese 80% fuera gente que va a votar por el candidato que la (centro) izquierda presente.

En una sociedad como la chilena, con un sentido común bastante “neoliberalizado”, y por tanto individualista, es un error pensar que la petición masiva por el fin de las AFP´s representa una solicitud mayoritaria por un sistema de reparto solidario. Me parece que la gente quiere mejores pensiones sin que le toquen la plata (cómo lograr eso es otro tema), y en ese sentido la demanda por terminar con el actual sistema de pensión se vuelve compleja de satisfacer.

Creo que aquí es donde se ha enredado Gabriel Boric, y lo que debería hacer de cara a la segunda vuelta es simplificar el discurso en las temáticas donde su votante tiene intereses. Creo que es un error garrafal en el comienzo de este segundo tiempo, tratar de disputar los temas en los que Kast es más fuerte. Si una persona tiene entre sus prioridades para la selección de un candidato, lo que ese candidato proponga en torno al narcotráfico, es muy difícil pensar que es un potencial votante de izquierda. Al contrario, también sería totalmente ilógico, y probablemente equivocado, pensar que Kast va a salir a buscar el voto ecologista.

Con una participación menor a la esperada, los votantes de nicho se vuelven claves. Convencer a tu sector y movilizarlo puede ser suficiente para ganar una elección.

Lo que pase con los votantes de Parisi es incierto, si bien advirtieron que decidirían a través de una consulta online a quien apoyaría el partido, es necesario advertir que sus votantes son bastante más volátiles de lo que parecen creer los líderes, y aunque su masa electoral probablemente vaya en mayoría hacia Kast, por tener una estructura discursiva similar; soluciones fáciles a problemas difíciles, no es posible sumar matemáticamente y concluir que tienen ya la mayoría, sumados a Sichel y al mismo Kast. Tampoco hay que olvidar que dentro de las preocupaciones que tiene el votante de Parisi, aparece justamente el tema de las pensiones como el más importante con un 34,3% (Pulso Ciudadano) y eso convierte ese pequeño, pero imprescindible sector, en un terreno en disputa.

En el último debate, donde vimos un Kast muy incómodo, los temas que se tocaron no fueron los que el maneja a su antojo. No se habló mucho de migración o seguridad, tampoco de narcotráfico y es por eso que Boric debiese tomar nota y tratar de disputar la agenda, no los conceptos. Debiera tratar de sacar al pizarrón al candidato de la ultra derecha en temas en que se sabe complicado y que además tienen como consecuencia un efecto unificador en el sector propio.  

El candidato del Frente Amplio debiese profundizar en los temas que incomodan a su rival, hablar de la agenda social, el tratamiento del gobierno de Piñera de la pandemia (y por lo tanto de los cambios del sistema de salud público), y obligarlo a explicar un programa económico que, a la luz de analistas transversales, no soporta mayor análisis. Pero todo debe ser de manera simple, para lograr que el mensaje llegue a las zonas donde no llegó, ciudades pequeñas y zonas rurales. Pudiera hablar de regionalización, pero no solo enarbolándola como concepto, sino explicando qué significa para el ciudadano de a pie avanzar en esa dirección. Sería incluso una buena forma de recuperar terreno en el norte, contarle a los habitantes de Antofagasta como la regionalización los ayudaría en la lucha porque Santiago no se lleve todo el dinero del cobre.

Ganarle la lucha a un tiburón es más fácil fuera del agua.

Simon Cifuentes

Cientista político (c) Magíster en comunicación política

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