Origen y propósito de la democracia
Como podemos ver, en Chile y en Europa la democracia no ha sido una herramienta de cambios trascendentales en la vida de las personas y principalmente de las clases trabajadoras. Más bien, la democracia ha sido siempre ese “juego de oligarquías” al que hace referencia Ranciere. Lo problemático es que, en este juego, son los mismos jugadores quienes ponen las reglas y sobre eso, son los mismos quienes verifican su cumplimiento.
La democracia ha demostrado ser un sistema apenas reformista, sin importar las necesidades radicales o no del Estado que gobierne. En el caso chileno, como hemos visto, las grandes transformaciones sociales, desde las primeras leyes de protección social con Alessandri hasta la Constitución de 1980 que dio origen a un nuevo y reducido aparato estatal y a una nueva sociedad, fueron generadas a partir de momentos no democráticos.
Por ello hay que entender que dentro de los márgenes democráticos los cambios siempre serán lentos, porque es un sistema que, desde mi lectura de los hechos, nació para salvaguardar posiciones de privilegios de una clase por sobre las del resto, y también para lograr la mantención de un orden social que garantice la mantención de esas posiciones.
