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La Triste Historia del distrito 21

Las elecciones parlamentarias de este 19 de noviembre marcaran un hito en nuestra historia electoral al ser las primeras desde el retorno a la democracia sin el cuestionado sistema binominal. Para poder lograr el fin de este sistema electoral, nuestro poder político tomó dos grandes determinaciones: La primera, aumentó el número de parlamentarios, y le segunda, se hizo un re-distritaje de los distritos electorales. El motivo de estos cambios es sencillo; para acabar con los efectos del binominal se necesitaba elegir a más de 2 parlamentarios por distrito. Esta idea no es nueva, ya que el politólogo Giovanni Sartori en su libro “ingeniera constitucional comparada” del año 1994 señalaba que uno de los principales problemas con nuestro sistema de elección parlamentaria era que elegíamos muy pocos representantes por distrito, lo que hacía que el sistema fuera poco proporcional.

Fue en este sentido que nuestro Congreso en la nueva ley electoral no solo decidió aumentar el número de parlamentario, sino también redistritar el país, elaborando zonas electorales de mayor tamaño. Con estos cambios, se elegirán ahora de 3 a 8 diputados por distrito, logrando así aumentar la proporcionalidad de nuestro sistema, haciendo más fácil que terceras fuerzas ingresen a nuestro Congreso.

Hasta ahí todo bien, sin embargo, una de las consecuencias más llamativas de este nuevo distritaje lo vemos hoy en la región del Bio-bío, donde se creó un distrito que no solo junta dos provincias con realidades diametralmente distintas, sino también junta dos zonas que no tienen una ruta que las una. Nos referimos al distrito 21, que está compuesto por las comunas de Arauco; Cañete; Contulmo; Curanilahue; Lebu; Los Álamos; Lota; Tirúa; Alto Bio-Bío; Antuco; Laja; Los Ángeles; Mulchén; Nacimiento; Negrete; Quilaco; Quilleco; San Rosendo; Santa Bárbara; Tucapel.

La fusión de los otrora distritos 46 y 47 es un claro ejemplo de lo que pasa cuando las determinaciones electorales se hacen desde el centro de poder, sin ver las realidades locales. Puesto que cualquier persona con algo de conocimiento sobre nuestra región y su idiosincrasia, puede ver el contrasentido que se da al juntar las necesidades de la Provincia del Bio-bío con las de la Provincia de Arauco.

Por un lado, tenemos a la pujante Provincia de Bio-bío, la cual, tras la salida de la Provincia de Ñuble de la región, comienza a posicionarse como el segundo polo urbano más importante dentro del Bio-bío. Por eso en los últimos años la creación y retención del capital humano especializado ha sido parte de las temáticas más destacadas dentro de esta provincia, en conjunto con demandas y desafíos medioambientales que son propios del crecimiento amónico que una provincia con visión de futuro debería tener.

Al mismo tiempo, tenemos al hermano olvidado de la región que es la provincia de Arauco, la cual vive una lucha constante contra el desempleo y los altos índices de pobreza. Además de tener una casi inexistente industria pesquera y depender fuertemente de la industria de la celulosa, y todas las externalidades negativas que esta trae. Si a esto lo agregamos la presencia de una arista del conflicto mapuche en el Alto Bio-bío, nos encontramos con una provincia llena de desafíos, los cuales son muy distintos a los que hoy enfrenta la otra provincia del distrito.

Los 215 kilómetros que separan a Lebu (capital de la Provincia de Arauco) y Los Ángeles (capital de la provincia de Bio-bío) no cuentan con una ruta pavimentada y transitable que las una. Obligando a los que quieran desplazarse entre las dos ciudades más importantes del distrito tener que viajar a la novena región o tener que pasar por Concepción, demostrando la brecha que hoy separa ambas provincias.

Con el fin al binominal esta zona pasó de elegir 4 diputados a 5, lo que matemáticamente hace que aumente la proporcionalidad de su representación, sin embargo, al verse obligadas a juntarse con otra provincia, ambas localidades perdieron la visibilización de sus temáticas y su bandera de lucha, sobre todo en el caso de la Provincia de Arauco, la cual hoy debe compartir representatividad política con una provincia que tiene más del doble de habitantes que ellos. 

Lucas Serrano Barraza

Cientista Político Magister en Política Públicas de Universidad de Chile, Docente Universitario, Director Administración Pública Advance USS.

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