La historia detrás del nuevo Templo de Concepción
Luego de tres años de construcción, un imponente templo ya es parte del paisaje en la Av. Pedro de Valdivia, visible incluso desde los puentes que cruzan el Biobío y por Camino a Santa Juana, promete ser uno de los complejos religiosos más importantes de la zona, un punto de referencia para la ciudad y un lugar de recogimiento que ya atrae a miles.
El Templo de Concepción de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (cuyos miembros son comúnmente apodados como “mormones”) marca un hito en la historia de esta religión y también en la historia de la evolución de la fe en la ciudad. De ser una ciudad fundada y poblada por católicos, hoy en día presenta una mayor diversidad con amplio espectro religioso. En el caso de los santos de los últimos días (tal como ellos se denominan), actualmente tienen 51 congregaciones en el área pencopolitana y los cálculos no oficiales (solo se publican datos oficiales a nivel nacional) indican que serían alrededor de 50 mil miembros registrados.
Los inicios de una nueva fe
En la segunda mitad del 1900 Concepción experimentó una verdadera revolución industrial. Según el autor Pedro Cunill Grau, en el Gran Concepción llegaría a concentrarse “más del 10% de las personas ocupadas en la industria chilena”, destacando el carbón, la pesca, los textiles y las crecientes actividades metalúrgicas y petroquímicas, entre otras. En ese contexto, Lorin Pace, quien estaba a cargo de la Misión Argentina de la Iglesia de Jesucristo, visitó la ciudad en enero de 1957 y consideró el enviar misioneros a comenzar la predicación en esta ciudad. El mes siguiente, desde Santiago llegaron en tren los primeros misioneros, Verle Allred y Gerald Petersen, quienes a pesar de su juventud llevaban el título de “élder” (del inglés “anciano”) denotando su oficio como sacerdotes.
Estos jóvenes norteamericanos emprendieron la difícil tarea de predicar sobre la Biblia y el Libro de Mormón (texto considerado como Escritura Sagrada por los miembros de esta fe, que relata la visita de Jesús resucitado a americanos precolombinos) y su labor dio frutos. Los penquistas se mostraron abiertos a esta nueva religión y se organizó una pequeña congregación, la segunda en el país luego de la de Santiago. Al año siguiente, 1958, 49 vecinos se les había unido y en 1959 llegaban a los 137.
También comenzó a crecer el número de misioneros asignados a la ciudad, entre los cuales tres eran chilenos: un joven, Guillermo Núñez (primer misionero de nacionalidad chilena), y dos señoritas.
Sobreponiéndose al terremoto del ´60
La predicación se detuvo dramáticamente el 21 de mayo de 1960. El terrible terremoto de 9.5º R golpeó el país y la labor misional se volcó a la ayuda humanitaria. Con la llegada a la ciudad del Hospital de Campaña del Ejército de los Estados Unidos, enviado por el gobierno norteamericano como ayuda a Chile, los jóvenes religiosos se ofrecieron como traductores entre los médicos y la población afectada.
A pesar de las circunstancias, ese puñado de conversos siguió creciendo y se organizó otra pequeña congregación en Talcahuano. En 1963 comenzó a construirse la primera capilla de la Iglesia penquista, la que se ubica en Gleisner #1676, su primera etapa fue completada el 13 de noviembre del año siguiente. En 1966 comenzó la construcción de la primera capilla en Talcahuano en Aníbal Pinto #366, terminada dos años después en medio de una dura sequía. La historia cuenta que el día de la consagración de la capilla, el apóstol Gordon Hinckley pidió que volviera a llover, lo cual ocurrió el día siguiente y no paró por una semana.
Dos años antes, un 8 de octubre, se había organizado la Misión Chilena a partir de la Misión Andina por lo que aumentó la asignación de misioneros internacionales y chilenos en la ciudad. Hoy en día, Concepción es la sede de dos misiones: Misión Concepción (creada en 1975) y la Misión Concepción Sur (creada en 2003).
Aún en los ´60, las pequeñas congregaciones continuaron proliferando por toda la zona las cuales también crecieron en número de fieles. El 30 de enero de 1977 se creó la primera estaca (organización que agrupa varias congregaciones grandes, semejante a una diócesis católica), la Estaca Concepción. Y en octubre del mismo año se creó la Estaca Talcahuano. Al comenzar la siguiente década se organizó la Estaca Hualpén y, el año siguiente, crearon estacas en San Pedro y Penco.
El templo de Santiago y un crecimiento continuo
Los santos de los últimos días creen que ciertas ceremonias, como la del matrimonio, solo se pueden realizar en templo los cuales son consagrados como la “Casa del Señor”. En los inicios de la Iglesia los penquistas de esta fe viajaban por tierra al Templo de Sao Paolo, Brasil, a contraer matrimonio. En 1980 los líderes mundiales de la Iglesia anunciaron un templo para Chile, en Santiago, el cual fue inaugurado en 1983. Este templo se convirtió en un ícono de la Iglesia en Chile y en un gran alivio para los recién casado penquistas que tendrían que viajar siete horas en vez de cuatro días.
Desde fines de los ´70 hasta el término del siglo la Iglesia tuvo un sostenido y sorprendente crecimiento. El año en que se organizó la primera estaca Concepción se calcula más de 3 mil neófitos y ya en 1999 sumaban unos 40 mil, de acuerdo con aproximaciones.
En 1997 se crearon las Estacas Chiguayante y Coronel y en junio del año siguiente se creó la segunda estaca en la comuna de Concepción, la Estaca Andalién.
El templo penquista y el 27F
Un templo para Concepción fue un sueño anhelado por la creciente membresía penquistas, el cual comenzó a materializarse el octubre de 2009. Durante la conferencia general de la Iglesia transmitida vía satélite a las congregaciones en todo el mundo, el entonces líder mundial de la Iglesia, Thomas Monson, anunció la futura construcción del Templo de Concepción Chile, aunque no precisó cuándo estaría listo.
La alegría por el anuncio y la ansiedad de saber cuándo se comenzaría a construir sufrió un abrupto golpe. Para los lectores, lo sucedido el 27F es historia conocida. Los planes de construcción se pusieron en standby mientras se reconsideraba el sitio recién comprado en la Quinta Junge y el diseño arquitectónico para que la futura estructura pudiera soportar un sismo similar más adelante. Por ahora, la urgencia ameritaba que nuevamente los esfuerzo se volcaran a socorrer al damnificado.
Líderes locales rápidamente se pusieron en contacto con sus fieles y se organizaron para salir a ayudar el mismo día junto con los misioneros en labores de rescate y limpieza. Desde los almacenes de reserva de alimento que mantiene la Iglesia para los necesitados, se comenzó a repartir alimentos para satisfacer las necesidades inmediatas. Al día siguiente, desde las oficinas centrales de la Iglesia en Santiago llegaban el primer cargamento de ayuda para los miembros de la Iglesia afectados. Por medio de LDS Charities (brazo humanitario de la Iglesia), a los pocos días llegaron cargamentos desde los Estados Unidos, con decenas de toneladas de alimentos y útiles de aseo, muchos de los cuales fueron distribuidos a través de los canales gubernamentales para la población general necesitada.
Santos de los últimos días de todo Chile se organizaron y convirtieron sus capillas en centros de acopio para luego enviar comida, frazadas, ropa y útiles de aseo a las personas en toda la zona afectada. Las capillas de la Iglesia no fueron mayormente afectadas por el sismo, no así la capilla de Penco en Membrillas #99 (a una cuadra de la playa) que fue sumergida por el tsunami. Las capillas que estaban en condiciones sirvieron como albergue y centros de distribución de ayuda en los sectores que fue requerido.
Pasada la emergencia, volvió la ansiedad por el templo hasta que el 17 de octubre de 2015, se rompió el suelo para iniciar la construcción de este templo. La primera palada fue dada por Walter González, uruguayo y líder de la Iglesia en el Cono Sur en ese entonces, acompañado por líderes cívicos y de organizaciones sociales y religiosas. Este edificio se convertiría en el segundo templo de Chile, el más al sur del continente y en una nueva postal para la ciudad.
El templo fue finalmente terminado y el imponente edificio atrajo la atención de curiosos y la prensa.
A mediados del mes pasado comenzó un período de “puertas abiertas” al público que terminará el próximo 13 de octubre. Dado que los templos son considerados edificios santos y consagrados para ceremonias sagradas en las cuales solo pueden participar los miembros que cumplan requisitos de fidelidad y moralidad elevados, quienes no son miembros de esta religión no podrán entrar en el futuro, por lo que esta oportunidad de visitar el templo es única, aunque sus jardines siempre estarán disponibles al público general.
El templo tiene 2.137 metros cuadrados y su diseño es neoclásico tratando de emular otras iglesias y edificios históricos del país, creado por arquitectos norteamericanos de Naylor Wentworth Lund Architects, y construido por la firma peruano-chilena Cosapi Mas Errazuriz. El edificio está aislado sismicamente: sostenido sobre 22 aisladores tipo péndulo que permiten desplazar la estructura 75 centímetros en cualquier dirección (150 cm. en total), además de 8 amortiguadores “vicious dampers” que absorben el movimiento sísmico. Esta tecnología de punta lo convierte en uno de los edificios de mayor tecnología antisísmica de la ciudad (si es que no el más antisísmico).
Hace solo unos meses, se dio a conocer quién sería el encargado del templo, Joe Swenson, un conocido en la ciudad ya que desde el 2008 visión en Concepción por tres años mientras presidía la Misión Concepción Sur.
Este nuevo templo recibirá a los fieles de las estacas de Chillán, Los Ángeles, Osorno, Temuco y Valdivia (en todas estas ciudades funcionan dos estacas), además de las estacas de Angol, Puerto Montt, Punta Arenas y Talca, y los distritos (estacas con congregaciones más pequeñas) de Chiloé, Coronel, Coyhaique, Lebu, Linares, Nueva Toltén, Victoria, Villarrica. Dos estacas del sur de Argentina también están asignadas al Templo de Concepción: Bariloche y Zapala. Todo esto, sin considerar los miles visitantes, miembros y no miembros de la Iglesia, de todo Sudamérica y el resto del mundo que ya hacen de este templo parte de su recorrido por la ciudad.
El Templo de Concepción Chile marca el hito histórico más importante de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en la Región del Biobío, además promete convertirse en un ícono para la ciudad.
El templo será dedicado como un edificio sagrado el próximo 28 de octubre por Russell Nelson, un connotado ex cardiocirujano de 93 años que dejó la medicina en 1984 al ser llamado a servir como apóstol y que hoy en día preside la Iglesia a nivel mundial y es considerado por los miembros de esta fe como profeta. Cinco veces Chile ha sido visitado por un profeta en el pasado y esta será la primera vez que uno visita Concepción y que realiza actividades públicas fuera de Santiago, lo cual también marcará un hito para la Iglesia penquista y para la ciudad.
Periodista, esposo, padre. Penquista erradicado en Santiago que no logra desligarse de su natal Concepción. Creyente y director de faroalasnaciones.com.